Transcurrida una semana de desarrollo de los XXII Juegos Nacionales, el patinódromo del Bosque Popular El Prado pasó la prueba y se perfila ahora como uno de los mejores escenarios del país. Por su pista desfilaron esta semana cerca de 40 campeones del mundo que ha tenido Colombia en el patinaje de velocidad.
“Es un excelente escenario, quedaron con una muy buena pista para forjar nuevos campeones aquí en Manizales y en el Eje Cafetero”. Quien así se expresa es nada más y nada menos la deportista que es considerada la joya de la corona del patinaje colombiano, la bogotana Gabriela Isabel Rueda Rueda, cuyo palmarés habla por ella. Ha sido varias veces campeona mundial, campeona olímpica y ganadora hace menos de un mes dos medallas: oro (1.000 metros) y plata (10.000 metros) en los Juegos Panamericanos de Santiago de Chile.
El pasado jueves, en una soberbia actuación, esta pequeña bogotana de 23 años de edad y apenas 1.58 de estatura, obtuvo su primer título nacional en la categoría de mayores en la pista del patinódromo del Bosque Popular El Prado, al imponerse en la prueba de 10.000 mts.
“Estoy muy contenta con esta medalla”, dijo una vez redondeó una actuación en la que se impuso con suficiencia sobre sus rivales. Sobre el nuevo escenario, estrenado en esos juegos y construido este año por la Administración Municipal, Rueda Rueda comparó su pista con una que le trae gratos recuerdos de su época de juvenil.
“Se parece a la de Argentina donde gané en 2018 en los Juegos Olímpicos de la Juventud”, recordó la deportista que justo en ese torneo se convirtió en la primera medallista olímpica del patinaje colombiano.
Esta bogotana practica desde los cinco años el patinaje. En sus comienzos, como centenares de niños, iba a diario a entrenar a la pista del sector del Salitre en su ciudad natal y, desde los 17 años, cuando en el 2017 obtuvo su primer título mundial en China, se ha recorrido el mundo representando a Colombia. Hoy es fiel testigo de la calidad de escenario que estos Juegos Nacionales le dejan a Manizales, a Caldas y al Eje Cafetero, un patinódromo para las competencias de media y larga distancia que son su especialidad.
Las distancias cortas
Otra múltiple campeona del mundo, que se estrenó en el patinódromo del Bosque Popular El Prado, fue la cartagenera Geiny Carmela Pájaro Guzman, de 26 años de edad. Contrario a la especialidad de las pruebas en las que compite Gabriela Rueda, la patinadora bolivarense lo hace en distancias cortas de velocidad pura, por lo que además es considerada en la actualidad como la mujer más veloz del universo sobre unas ruedas.
Carmela es campeona del mundo en 100 metros carriles, 200 metros meta contra meta y en la vuelta al circuito. Su última actuación internacional fue este año en los Juegos Centroamericanos y del Caribe de San Salvador, donde obtuvo 4 medallas de oro y 1 de plata. El jueves pasado se coronó campeona nacional con medalla de oro en los 200 metros meta contra meta.
Para el orgullo del barrio Escallón Villa de La Heroica, el patinódromo del Boque Popular El Prado tiene una pista muy particular “porque es cóncava, de las pocas en el país, lo que la hace más difícil, pero interesante para sacar adelante los retos”.
Según la campeona, tenían claro que iba a ser difícil las competencias dadas las características de la pista “y la diferencia de altura que hay con Cartagena, pero todo salió muy bien y la pista ayudó para tener un desempeño excelente”.
Los mejores del mundo
Difícilmente un torneo nacional puede reunir un importante número de campeones mundiales al mismo tiempo, pero dada la condición que tiene Colombia de ser potencia mundial del patinaje (de hecho, es el país que año a año se corona campeón en el torneo universal de esta disciplina), no es raro que en estos XXII Juegos Nacionales concurrieran 38 campeones del mundo en categorías juveniles y mayores de esta disciplina. Todos ellos tuvieron la oportunidad de estrenarse en el patinódromo del Bosque Popular El Prado.
Siendo además un deporte tan popular en Colombia, es normal ver las graderías del escenario atiborradas y a la gente alentando a sus favoritos. Y si el show más visible giraba en torno al título de Gabriela Rueda, quien era asediaba por decenas de fans en busca de una foto o un autógrafo, muchos otros, como Samantha Rodríguez, vivían su propio drama y sufrían a cada paso que lanzaban sus favoritos.
Ella estaba en la parte alta de las gradas muy atenta al desarrollo de la prueba de los 10.000 metros con eliminación para los hombres. A medida que quedaban competidores por fuera, se iba acercando a las primeras filas y gritaba “vamos, hay que subir, hay que subir…”. Por un momento se le notó la angustia cuando el chico que alentaba estuvo a punto de quedar eliminado, pero retomó el aliento hasta gritar y llorar de la emoción cuando lo vio desprenderse del grupo y salir en las tres últimas vueltas a buscar a toda marcha la medalla de plata: “Jesús… Jesús … Jesús…” expresaba cada vez que su amado lanzaba sus pies, mientras ella apretaba en su pecho una cadena con una medalla de la Virgen María y de la que colgaba una letra del alfabeto, la P de Pablo.
Samantha y Pablo Felipe Marín se fundieron minutos después en un largo abrazo, con beso incluido, mientras todos coreaban desde la tribuna “Caldas, Caldas, Caldas”. Y es que mejor remate no podía tener el estreno del patinódromo del Bosque Popular, que contar con que uno de sus deportistas locales subiera al podio a recibir una medalla. Esto lo logró Felipe, el estudiante de la Universidad Autónoma de Manizales, doble campeón del mundo, doble campeón panamericano y, como la gran mayoría de los competidores que pasaron en las últimas horas por este escenario, miembro de la Selección Colombia de Patinaje.
La asistencia
Transcurrida una semana de desarrollo de los XXII Juegos Nacionales, Manizales le está cumpliendo al evento y al público que ha colmado los diversos escenarios dispuestos para las competencias.
Los deportes que más asistentes han movilizado han sido hasta el momento el patinaje, el fútbol de salón, el patinaje artístico y el polo acuático.
Dada la cercanía de la ciudad a otras del centro del país, hay gran cantidad de acompañantes de los deportistas de regiones como Bogotá, Antioquia y Tolima. Dicen que la barra más alegre es la antioqueña, que permanentemente está con sus deportistas.
Alrededor de seis mil personas visitarán a Manizales para ver los campeonatos nacionales en los escenarios dispuestos en la ciudad. Se espera que en la medida en que avancen los juegos se albergue a un mayor número de aficionados.
Como la ciudad fue, además, el escenario del remate de las pruebas de ruta de ciclismo, se considera que fueron otros varios miles de personas las que de una u otra forma vieron coronarse subcampeones a Didier Chaparro y Diana Peñuela, que obtuvieron sendas medallas de plata para el departamento.
Los juegos esta semana han permitido también consolidar a Caldas como potencia naciente en la disciplina del Down Hill, cuyas preseas se colgaron los deportistas oriundos de esta tierra.
Las Barras
De acuerdo con la gente que atiende la logística de los Juegos Nacionales, la barra más alegre es la de Antioquia, mientras que la de Bogotá está integrada básicamente por familiares o personas allegadas a los deportistas que están en competencia.
La que más anima a sus deportistas es la local. Los de Manizales no se han perdido, por ejemplo, un solo partido de la selección de fútbol de salón y ha sido fundamentales en los resultados que ha tenido el equipo.
En la ciudad no ha habido problemas de orden público, tampoco de delincuencia común y la movilidad se ha mantenido en sus estándares normales.