- El programa de ‘círculos de resignificación de violencias’ fue la puerta para la atención a mujeres víctimas de cualquier tipo de violencias; hombres y mujeres privadas de la libertad.
- El próximo reto será fortalecer el modelo y replicarlo en otros espacios, redescubrir el valor y mejorar las capacidades para enfrentar el futuro con esperanza.
El programa, que duró varios meses, se enfocó en sanar heridas emocionales y transformar patrones de conducta dañinos mediante sesiones grupales. A través de una metodología centrada en el yoga, la reflexión y el acompañamiento psicosocial, las participantes lograron resignificar sus experiencias, redescubrir su valor y fortalecer sus capacidades para enfrentar el futuro con esperanza.
En el caso de las mujeres, los círculos no solo ofrecieron un espacio seguro para sanar emociones, sino que también promovieron el empoderamiento y la reivindicación de derechos. Por su parte, el trabajo con las personas privadas de la libertad representó un desafío significativo, pero los resultados fueron igualmente impactantes. Los participantes lograron reconocer la importancia de asumir la responsabilidad de sus actos y trabajar hacia una verdadera reintegración social.
“Estamos felices de terminar este círculo de resignificación de violencias. Hoy nos encontramos aquí en la Casa para la Dignidad con unas mujeres hermosas, dispuestas, felices de estar compartiendo esta experiencia. El balance es muy positivo, tanto que la Secretaría de las Mujeres desea continuar el otro año aquí en este círculo. Las esperamos todos los sábados en horas de la mañana para que se encuentren consigo mismas con sus experiencias y puedan sanar esas situaciones que a veces nos hacen daño.”, expresó Leidy Ocampo Serna Psicóloga Secretaría de las Mujeres y Equidad de Género.
La psicóloga de la Secretaría de las Mujeres y Equidad de Género, Leidy Ocampo Serna.
Las historias de vida compartidas durante el programa reflejaron la complejidad de las violencias vividas, pero también dejaron entrever la resiliencia y capacidad de cambio de las personas involucradas. Entre abrazos, agradecimientos y compromisos renovados, el cierre del programa fue un recordatorio de que la dignidad humana siempre puede ser recuperada con el acompañamiento adecuado.
Participantes de círculos de mujeres hablaron del proceso: “excelente, porque aquí en estos programas, por ejemplo, en el que estamos, pensar en ti, nos han enseñado a controlar las emociones para nosotras mismas y el entorno familiar para poder tener todos un bienestar”.
Participante, Flor Alba Gómez Rodríguez
Carta de una de nuestras participantes privadas de la libertad:
“Bueno, para cerrar nuestro círculo de resignificación de violencias, quiero agradecer a todas las personas que se dieron la oportunidad de vivirlo, de sanar esas heridas y cerrar esos ciclos que tenían. En el día de hoy, quiero hacer lectura a una de las experiencias que nos comunica y nos escribe una de las mujeres que están privadas de su libertad. Ella dice lo siguiente: quisiera salir de acá con mi hija, estar con mi hija, con mi esposo. Quiero tener un buen trabajo, salir adelante. Quiero tener un hogar y no tener más problemas. Gracias al círculo puedo darle sentido a mi vida y a un futuro digno para mi hija. Quiero un cambio totalmente para mi vida, para mi hija, quien es mi motor y me ayuda en este proceso. Gracias a todas ustedes por darse esta oportunidad y los invito para que el otro año podamos retomar desde los centros de reclusión y desde la Casa para la Dignidad de las Mujeres”.
Con este tipo de iniciativas, la Secretaría de las Mujeres y Equidad de Género de Manizales reafirma su propósito de trabajar incansablemente por una sociedad en la cual la equidad y la justicia sean pilares fundamentales. Ahora, el reto será fortalecer el modelo y replicarlo en otros espacios, llevar el mensaje de que sanar es posible y que siempre hay un camino hacia la reconstrucción personal y comunitaria.