• La capital caldense sigue consolidándose como una ciudad pujante con una tasa del 8,5, la segunda más baja del país según las últimas cifras del DANE. Comerciantes y empresarios, generadores de empleo en la ciudad, hablan de sus expectativas y del trabajo articulado, que han permitido que esos números se mantengan pese a un contexto nacional complicado.
Son muchos los factores que se unen para que una ciudad como Manizales sea hoy una de las dos capitales del país con menores índices de desempleo. Empresa privada, instituciones públicas, Gobierno y Estado en su conjunto, al lado de la sociedad civil, son parte de logros como este.
Alcanzada esa meta, que pone además a la capital de Caldas con un porcentaje de desocupación por debajo de dos dígitos, surgen ahora interrogantes como ¿podemos seguir mejorando o por lo menos mantenernos ahí en ese rango y posiciones? Los empresarios son optimistas, pero también tienen preocupaciones. Todos, desde el más exitoso hasta el más humilde vendedor de empanadas, hablan de su buen presente, pero hacen un llamado a la importancia del trabajo articulado para que esos avances no decaigan.
Óscar Humberto Salazar Serna comenzó a ganarse la vida desde que era un niño. En su pueblo natal, Aranzazu, hacía mandados a cambio de unas monedas. A la par con su formación en la escuela y el colegio siempre desarrollaba una actividad que producía dinero y fue así como trabajó en una distribuidora de carnes, de mesero en bares y empleado en la ferretería local, establecimiento este último que marcó el rumbo de su futuro que sería promisorio y lo llevaría a convertirse en líder gremial del sector de la construcción.
Siendo aún muy joven, hace 35 años, llegó a Manizales y trabajó como empleado en una ferretería. Tras cuatro años de buscar su propia independencia en el negocio creó lo que hoy se llama Construcaldas, una empresa dedicada al comercio al por mayor de materiales de construcción, artículos de ferretería, pinturas, productos de vidrio, equipos y materiales de fontanería y calefacción.
La empresa cuenta con una sede en el centro de la ciudad, en la llamada Zona F, que agrupa a gran parte del comercio ferretero, y una bodega en las afueras de la ciudad. Es hoy el distribuidor mayorista de Cemex para la ciudad y su entorno. Más de 80 establecimientos venden los productos que él distribuye, que incluyen además placas y tejas.
Para Óscar lo más difícil con el tema de empleo es conseguir personal calificado para las tareas que hay que realizar en Construcaldas. “Muchas veces se necesita un conductor, por ejemplo, y vaya pues y consígalo”, comenta. Para él, se hace “muy complicado”, cuando se trata de vincular personal con capacidad técnica.
Destaca Óscar Salazar que estar unidos en Zona F ha permitido que su voz sea escuchada, tener el respaldo de agremiaciones como Fenalco y contar con aliados en las instituciones que, como la Policía Metropolitana y la Secretaría de Gobierno de Manizales, les garantizan seguridad y atención a los habitantes de la calle.
Motores de empleo
Entretanto, para Jorge Grisales García, un importador de calzado que cuenta con tres locales en la ciudad, aunque el negocio se mantiene y no ve nubarrones que puedan afectarlo y ampliar la brecha del desempleo, su gran enemigo es el contrabando, al que se suma además el precio del dólar.
Grisales García, natural de Pácora, Caldas, comenzó en Manizales hace 30 años, vendiendo ropa en locales de la 19; probó luego con la venta de calzado hasta que, hace 22 años, montó el primer punto de venta de Tennis Lasser. Hoy cuenta con seis locales, atendidos por 20 personas, en los que ofrece varias líneas y marcas de calzado deportivo importado de Estados Unidos y Panamá.
“Uno realmente trabaja es para mantenerse a flote. A pesar de la ayuda de las entidades, la situación a nivel nacional es muy difícil”, indica. Acudir a los bancos tampoco es tarea fácil por los altos intereses, pero su principal obstáculo tiene que ver con la proliferación de la competencia desleal que, a través del contrabando, se presenta en la ciudad. “Uno para importar su mercancía se demorada entre 30 y 90 días legalizándola. La ilegal no tiene ese problema e inunda el mercado con sus bajos precios”, advierte.
Por su parte el administrador de empresas manizaleño Daniel Eduardo López López, quien hace 23 años dejó las actividades públicas en las que comenzaba a destacarse para crear la empresa Andino Home, afirma que el acompañamiento a los empresarios es lo que le ha permitido salir a flote en los momentos más difíciles de su negocio.
Sus almacenes de muebles, tres en total, ofrecen los más altos estándares de calidad del mundo en asesorías de decoración de interiores. De hecho su producción no es solo para Manizales sino para todo el país.
Daniel, que tiene 25 empleados en sus tiendas de muebles y Dell Médical, una distribuidora de productos hospitalarios, insiste en que siempre será importante el acompañamiento por parte de los gremios al empresariado, siendo clave las capacitaciones para actualizar la normatividad y mantenerse al día en la dinámica comercial.
De otra parte, el microempresario Mauricio Botero Marín se siente “muy bien” aportando desde su pequeña fábrica a la realidad del empleo en Manizales, pero se declara preocupado “por lo dura que está la situación”.
Botero Marín dejó hace nueve años de ser empleado para crear su propia empresa. “Hace muchos años no me llaman por mi nombre… solo cuando voy a citas médicas”, afirma jocosamente quien es conocido en toda la ciudad por el nombre de su propia empresa: Mauro Empanada.
Mauricio Botero, Mauro Empanadas
Él cuenta con su propia fábrica en la que trabajan en promedio siete personas en temporada baja en la preparación de las 2.700 empanadas diarias que distribuye en restaurantes, tiendas y supermercados de la ciudad. “La idea es continuar trabajando; ahí vamos todos saliendo adelante, laborando por la sociedad manizaleña y sacando un buen producto”, afirma.
Mauro agrega que para empresarios como él, el acompañamiento que ofrecen los sectores públicos y privados para el desarrollo de su trabajo es clave para mantenerse a flote, generando empleo y aportando a la activación de una ciudad que le ha dado todo a él y a su familia.