Uno de los hechos más complejos de la historia reciente es la pandemia del Covid-19, o coronavirus, que irrumpió en la cotidianidad de los ciudadanos y generó una pérdida de la esperanza o distopia, de la que apenas se repone la sociedad con secuelas emocionales, económicas y sociales sin precedentes.
Como todo hecho doloroso, impactante e inesperado, el coronavirus llevó a una mayor solidaridad y reconocimiento del otro, y aunque generó temor e incertidumbre, hay lecciones aprendidas, como el valor de la vida, de la empatía y de la resiliencia.
Manizales, no fue ajena a su efecto y al cambio del diario vivir de los ciudadanos, lo que se demuestra en cifras como 83.920 contagios,1.200 víctimas mortales, una tasa de vacunación del 80% y de asistencia calificada por el Ministerio de Salud como oportuna y eficiente.
Pandemia que llevó a que el manejo de la situación tuviese profesionales de la salud, policías, militares, ciudadanos y funcionarios del Estado dedicados a la preservación de la vida de los otros por encima de la propia. Como toda tragedia con unos héroes que lo dieron todo por preservar la vida, con un gran altruismo y entrega.
El héroe más destacado es sin duda el personal de la salud, que dignificó el llamado juramento Hipocrático, la vida de los otros está por encima de la propia. Cerca de 1.000 profesionales, así lo cumplieron. El médico José Fernando Escobar Serna vivió de cerca los tiempos más álgidos de la pandemia, desde hace tres años coordina el área crítica del Hospital de Caldas, “cuando hacemos el juramento Hipocrático, hacemos el compromiso de cuidar a las personas y su salud, y aún en un ambiente tan adverso, como fueron los picos de pandemia, tuvimos que enfrentarnos a eso con toda la resiliencia, que a veces era difícil, pero nos ayudó pensar que íbamos a salir adelante y a superarlo, con muchos temores que fuimos superando”, expresó el médico.
Para 1.400 policías en Manizales salir en el pico más alto del coronavirus no era fácil, tampoco lo fue convencer, controlar y aplicar comparendos a unos ciudadanos atemorizados, ansiosos de la libertad y de superar el aislamiento. Uniformados que debían salir a como diera lugar, no había tiempo para el miedo. La capitana Sandra Cardona, jefe del grupo de Prevención y Educación Ciudadana: “me hacía sentir orgullo como policía saber que le estábamos sirviendo a la comunidad que más lo
necesitaba, tocando a su puerta y beneficiando esa hambre que mucha gente sintió, para mí fue muy satisfactorio, nos organizamos y visitamos a la gente más necesitada… más que miedo, sentí orgullo”.
También son héroes, esos pacientes que no perdieron la esperanza, que lo dieron todo por congraciarse con la vida. Semanas de espera aislados, para sobrevivir a como diera lugar y cuidar de los suyos. Dejó de ser una historia de televisión cuando Alejandro no solo se contagió, si no que propagó la enfermedad a familiares y amigos poniendo en riesgo sus vidas, “al principio de la pandemia yo no creía en nada, yo quería seguir mi vida normal… hasta el día en que me dio COVID y ahí sí me di cuenta que esto no era un mito, que no era una mentira del gobierno, me enfermé muchísimo y me preocupaban mis familiares más que yo”
Esos ciudadanos del común como Javier Bustamante, también son héroes, dejar el miedo, salir a trabajar, a conseguir lo del diario, no era fácil, no había alternativa, más cuando la incertidumbre no menguaba, “empecé a tomar las medidas de precaución como lo decían, no tuve temor, más bien tuve cuidado, no teníamos opción…fui muy ordenado y cumplido con el deber, yo nunca me dejé llevar del miedo porque muchas veces la parte nerviosa del ser humano lo lleva a enfermarse, pasamos y estamos aquí reunidos otra vez”, nos cuenta Javier quien vivió la pandemia siendo un líder comunal de la ciudad, que tuvo que vivir la crisis en sus zapatos y en los de su comunidad, en la que las necesidades diarias no dieron espera.
Para el secretario de Salud de Manizales Carlos Humberto Orozco no fue fácil, tampoco lo fue para el Estado responder a algo para lo que no se estaba preparado y que irrumpió sin espera y consideración alguna. Se logro responder, pero no fue fácil, “todo el personal de salud nos dedicamos a estudiar en convocatorias virtuales y empezamos a aprender de pandemia… 24 horas al día 7 días a la semana, múltiples trasnochos, fatiga, cansancio y miedo, todo nos acompañó, pero el trabajo en equipo fue lo que permitió que muchas vidas se salvaran”, expresó el secretario de Salud de Manizales, Carlos Humberto Orozco.
La pandemia, la primera lección del siglo XXI, la que dejó héroes en todos los rincones del mundo, y que en Manizales vieron más allá y entendieron que en el ayudar al otro y en la solidaridad, está la esencia de la vida.