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‘Guardianas de la Ladera’, mujeres que rompen mitos para luchar por sus sueños

  • ‘Guardianas de la Ladera’, recibe reconocimiento de la Alcaldía, en el mes de la Mujer.
  • La gestión del riesgo, un desafío para las 80 mujeres que integran el programa.

Fotografías: mujeres del programa ‘Guardianas de la Ladera’.

Entre la maleza, los residuos y el esfuerzo diario, hay historias de lucha, superación y orgullo. Son las historias de las ‘Guardianas de la Ladera’, un programa liderado por la Alcaldía de Manizales a través de la Unidad de Gestión del Riesgo (UGR), en convenio con la Empresa Metropolitana de Aseo EMAS, que protege el medioambiente y transforma vidas.

Ellas, con machetes y palas en mano, recorren las laderas de la ciudad, limpian y estabilizan los terrenos para prevenir emergencias. Pero más allá de su labor, construyen un futuro mejor para sus familias y su comunidad.

Historias de valentía y amor por Manizales

Gloria Elena Cañón Londoño, con 15 años en el programa, recuerda cómo llegó a Guardiana por recomendación de un conocido. Como madre cabeza de familia, necesitaba un empleo que le permitiera sacar adelante a sus hijos. “Cuando entré, ellos eran pequeños. Hoy, mi hija tiene 25 años y mi hijo, 21. Gracias a este trabajo, pude darles un hogar y una educación”, cuenta con orgullo.

Su labor no ha sido fácil. Ha enfrentado terrenos peligrosos y un ataque de abejas africanizadas que la dejaron 15 días incapacitada; sin embargo nunca pensó en rendirse. “Mi Dios está conmigo y aquí sigo. Este trabajo es duro, pero es una labor bonita porque ayudamos a prevenir tragedias y cuidamos el medioambiente”, afirma.

Mujer del programa ‘Guardianas de la Ladera‘, Gloria Elena Cañón Londoño.

Cada día, antes de salir, Gloria Elena organiza su hogar y despacha a sus hijos. Luego, con botas, guantes y herramientas, se enfrenta a terrenos difíciles para limpiar y reforzar laderas. “Nosotras prevenimos deslizamientos, salvamos vidas. Eso me hace sentir útil, porque sé que estoy aportando a mi ciudad, a mi familia y al mundo”, dice con emoción. Su esfuerzo no pasa desapercibido. Su familia la admira profundamente. “Mis hijos me dicen: ‘Mamá, usted es una berraca’. Eso me llena de orgullo”, agrega.

Un trabajo que transforma vidas

Otra de las guardianas es Alba Nidia Marín Muñoz, que lleva 17 años en el programa y ha encontrado en esta labor un propósito de vida. Aunque al inicio el trabajo le parecía muy pesado, aprendió a amarlo. “Nunca pensé que cogería un machete o una pala, pero lo fui disfrutando porque sé que lo que hacemos es importante”, dice.

Mujer del programa ‘Guardianas de la Ladera‘, Alba Nidia Marín Muñoz.

Ser madre cabeza de hogar la impulsó a seguir adelante. “Mis hijos son mi fuerza y mi fortaleza. Gracias a este trabajo, logré comprar mi casa y darles un sustento. Es una satisfacción muy grande cuando la gente nos felicita y nos reconoce lo que hacemos”, expresa.

Ha enfrentado momentos difíciles, pero nunca ha querido renunciar. “Si se demoran en llamarnos, me pongo triste porque este trabajo me gusta. Sé que es por el bien de la comunidad y de nosotras mismas”, comenta emocionada.

Para ella, las Guardianas de la Ladera limpian terrenos y generan conciencia. “Les decimos a las personas que no arrojen basura, que cuiden el medioambiente. Mientras las obras de estabilidad estén en buen estado, todo marcha mejor”, explica.

El trabajo de las Guardianas de las Laderas ha sido tradicionalmente realizado por hombres, pero ellas han demostrado que la verdadera fuerza está en la determinación y el compromiso. Con su esfuerzo diario, se han convertido en un símbolo de perseverancia y amor por Manizales.

“Este es un trabajo donde nos beneficiamos todos: nosotras como mujeres, la comunidad y la ciudad. A quienes creen que esto es complicado, les digo que con responsabilidad y amor todo se puede lograr”, dice una de ellas.

Hoy, más que un grupo de trabajadoras, estas mujeres son heroínas silenciosas. Día tras día, con su labor protegen el presente y construyen un futuro mejor para Manizales y demuestran que, con esfuerzo y pasión, los sueños se hacen realidad.

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